Investigación
Ilustración: Matrimonio indisoluble
Y Dios... los creó hombre y mujer
Cuenta una leyenda oriental que Dios creó a Adán una sola vez, pero a Eva unas cuatro veces. Así me lo cuentan.
“Al principio Dios creó a Adán, y no pensó en crear nada mejor. Adán era feliz entre el verdor, el agua pura..., feliz por haber sido creado y por sentirse libre.
Pero después de algunos meses Adán comenzó a sentirse triste. Era feliz pero nada de lo que veía o hacía le satisfacía. Dios notó que Adán ya no era el mismo, y le preguntó: - Adán, ¿qué es lo que te preocupa tanto? ¿Te falta algo para completar tu felicidad? Y Adán respondió:
- Señor..., si no es demasiado pedir, quisiera a alguien con quien poder compartir con alegría lo que veo, siento y amo.
Dios le mandó dormir, y cuando despertó encontró a su lado la mayor maravilla que sus ojos habían visto hasta entonces. Pero no se lo creía.
Dios le preguntó si estaba contento, pero Adán no respondió. Estaba extrañado. Había pedido compañía, sí, pero Dios había exagerado. Miraba una y otra vez, y cuando ella le sonrió Adán comenzó a saltar y a dar vueltas de alegría.
Transcurrieron seis meses. Adán estaba triste otra vez. Dios volvió a preguntarle: - ¿Qué pasa, Adán? ¿No eres feliz nuevamente?
Y Adán contestó que no quería ser ingrato, y que la mujer era un encanto, pero que prefería que se la llevase otra vez. Y le habló así a Dios:
- Ella es bella y graciosa, encantadora, pero me ha quitado la libertad. Ya no puedo ir donde quiero, me contradice en todo momento, exige que me limpie antes de entrar en casa..., tarda en salir cuando quiero ir a pasear, me despierta a deshora, quiere cariño cuando yo no tengo deseos, y cuando yo quiero ella no quiere, llora por cualquier motivo, se enoja y es obstinada... -En suma dijo Dios, ya no te gusta.
-Señor, me gusta, pero no vale la pena vivir con ella. Llévatela. Quiero mi libertad otra vez. Dios se la llevó y, al cabo de dos meses, Adán estaba triste y se lo confesó a Dios. - No lo tomes como ingratitud, pero se trata de Eva. Te pedí que te la llevaras, pero la extraño. Soy libre, pero en todas partes me parece oír su voz, ver su sonrisa, sentir su cariño. Creo que no vale la pena ser libre sin ella a mi lado...
Y Dios le devolvió a Eva.
Pasaron dos años más y por tercera vez Adán se indignó y pidió a Dios que se la llevara. Y Dios se la llevó, pero Adán cayó en la depresión.
Entonces Dios prometió devolverle a Eva, pero exigió:
-Adán, vamos a terminar este juego de niños. O aceptas a Eva con sus limitaciones, porque ella también tuvo que soportar muchas cosas tuyas, o te quedas solo en el paraíso, con tus monas y tus orangutanes. Piénsalo bien, porque si me la llevo otra vez ¡no te la devolveré más! Adán se rasco la cabeza. Pidió un plazo y fue a reflexionar en la caverna.
-Vivir con ella es un infierno, pero también hay momentos agradables. Vivir sin ella siempre es un infierno. Es mejor vivir con ella que solo.
Y se quedó con Eva. Así nació el “Matrimonio indisoluble”. ---
Comenzando un matrimonio
Todos comenzamos con una mesa cuadrada donde es difícil ajustarse pero debemos adaptarnos al nuevo estilo de vida para redondear las cuatro esquinas para ajustarse el uno al otro. ¿Cómo esta tu mesas?
No es fácil acoplar costumbres y estilos de vida diferentes, pero debemos estar dispuestos a aprender y a ser flexibles para triunfar en la sinergia matrimonial.
Sinergia: Acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales.
Puede costar muchos años llegar a comprendernos completamente, todo depende de la humildad y del compromiso para cambiar lo que no es perfecto, y esto demanda mucho esfuerzo de ambos.
Mateo 5:14 VDHH
Ustedes son la luz del mundo. Como ciudad asentada sobre un monte, brilla en la noche para que todos vean.
Nosotros somos luces en nuestra colonia, barrio, ciudad, donde quiera que estemos. Nuestras palabras y acciones tienen que ver con la luz que reflejamos en nuestro hogar.
Nuestro hogar es un lugar privado de descanso, donde nuestras palabras y acciones son muy importantes. Somos luz en nuestro hogar y nuestra familia ve lo que hablamos, y hacemos porque eso muestra lo que verdaderamente somos.
Dios hizo al hombre muy inteligente, por eso tuvo la capacidad de poner los nombres a cada animal de la creación.
Eva es parte de Adán porque salió de su costilla, es una compañera que le ayuda a cumplir con la voluntad de Dios. Ni el hombre ni la mujer, deben estar solos, porque no están completos. El hombre necesita la intuición de la mujer y la mujer la lógica del hombre.
Nuestros problemas matrimoniales surgen por el orgullo y el egoísmo que impide escuchar y considerar la opinión del cónyuge. Hoy reflexionaremos en diez consejos para los hombres casados que aman a Dios.
1. AME A SU ESPOSA
Cuando dos personas se casan es porque han decido compartir la vida juntos hasta que la muerte los separe. Hay aves y animales como el coyote, el lobo, entre otros, que solo tienen
una pareja para aparearse y procrear descendencia hasta que se mueren.
Efesios 5:21 - Pablo nos enseña que debemos someternos unos a otros por reverencia y respeto a Cristo.
¿Cómo compartimos el amor?
El hombre y la mujer son diferentes en el enfoque y la interpretación de las cosas.
¿Qué piensas cuando escuchas la palabra amor?
Hombre – Piensa en una relación física.
Mujer – Piensa en una relación emocional.
¿Cómo resolvemos esta diferencia?
Reconociendo que existen diferencias entre el hombre y la mujer. También respetando la individualidad de acuerdo su género.
No tratemos de cambiar al cónyuge para que piense como nosotros, porque solo provoca tensión y aspereza en la relación haciendo un pedazo de infierno en el hogar.
Efesios 5:25 VDHH
“Los esposos, por su parte, deben mostrar a sus esposas el mismo amor que Cristo
Mostró por su iglesia.
Cristo murió para hacer de ella una iglesia santa y limpia (lavada en el bautismo
y en la Palabra de Dios), presentándola así mismo gloriosa, sin manchas, ni arrugas, ni nada semejante, sino santa e inmaculada.
Así deben amar los esposos a sus esposas, como parte de sus cuerpos. Porque si la esposa y el esposo son uno, ¡el hombreque ama a su esposa se ama a si mismo!”
Los hombres debemos tratar con ternura y cariño a la esposa porque son parte de nosotros mismos. El amor y la ternura desarman a la mujer, le hace bajar la guardia y la agresividad.
Una historia: Del infierno a la gloria
Había un matrimonio que constantemente estaban en pleitos y discusiones. Después de doce años de infierno en el hogar, el marido acepto el amor de Jesús y le entrego su vida por completo.
Comenzó a vivir el cristianismo y empezó a orar por su esposa e hijos. Ella seguía con agresividad pero su marido comenzó a cambiar sus palabras y su comportamiento, ya no la trataba con dureza sino con cariño y ternura.
Llegó el día en que su esposa se acercó a su esposo en la madrugada cuando él estaba orando por su familia, y le dijo a él llorando:
“Cada vez que te he gritado, tú has respondido con amor. Si te trato mal, siempre me respondes con ternura, quiero que ores por mí. Yo quiero tener lo que tú tienes.”
Éste marido decidió compartir el amor de Jesús a su familia, lo que él había recibido. Determinó amar a su esposa así como Cristo lo amaba a él.
2. RESPETE A SUS ESPOSA
1 Pedro 3:7 VDHH
“Esposos, cuiden a sus esposas, sean considerados con ellas porque son más frágiles.
Recuerden que sus esposas y ustedes son socios en cuanto a la recepción de las bendiciones de Dios, y si no las tratan como es debido, sus oraciones no recibirán pronta respuesta.”
Respeto:
-Manifestaciones de atención que se hacen por cortesía.
-Es resultado de mirar con atención y considerar bien a la persona.
-Es apreciar y valorar sus virtudes.
-Es aceptar con sumisión la autoridad de la persona por lo que es o hace.
Cuidar a la esposa es resultado del amor y el respeto que siente por ella.
Sin armonía en al hogar no podemos esperar que Dios conteste nuestras oraciones o que el bendiga nuestro trabajo.
Testimonio: Una pareja iba a divorciarse
“Fueron al consejero para la disposición de sus bienes. Él les preguntó si tenían hijos.
-Sí, tenemos dos – respondieron
-¿Pelean delante de ellos? - Ellos confesaron que si.
-Eso es malo –declaró el consejero
Sus hijos están sufriendo. Yo quiero que, cuando menos ante sus hijos, hagan como que se aman. Háblense con cortesía y respeto. Nunca dejen que ellos escuchen sus pleitos.
La pareja decidió que, por el bien de sus hijos, jugarían el papel de esposos amorosos. Seis meses más tarde llamaron al consejero para decirle que ya no querían divorciarse, pues ahora de veras se aman.” --------
La práctica del amor y del respeto, aunque forzada al principio, da resultados muy positivos, porque se forja un nuevo hábito para ganar una nueva virtud en nosotros. El respeto, la cortesía y la ternura son fundamentales para un matrimonio feliz.
3. DETERMINE SERLE FIEL A DIOS
¿Qué impide que el hogar del esposo que ama a Dios sea feliz?
La falta de consagración a Dios. Los hombres debemos llevar una vida limpia.
Las tentaciones siempre estarán presentes, pero debemos determinar con firmeza “huir” de ellas. Debemos consagrar a Dios nuestra área sexual para poder cerrar nuestros ojos a la pornografía y no permitirnos pensar en el adulterio.
Lucas 11:34 VDHH - Jesús enseñó:
“Los ojos son la lámpara del cuerpo. Si tienes ojos puros, hay luz en tu alma. Pero si tienes ojos lujuriosos, en tu alma hay tinieblas.”
Debemos someternos a Dios de manera total e incondicional. Debemos mantener nuestra vida pura, manteniendo nuestra mirada en la Palabra de Dios.
Hay diferentes adicciones que encarcelan a la persona robándole su voluntad y convirtiéndolos en títeres sin vida y sin poder moverse solos. Puede ser el tabaco (nicotina), alcohol, fármacos, pornografía, sexo, entre otros.
Debemos consagrar todo nuestro cuerpo a Dios para solo hacer lo que a Él le agrada y ofrecerle un cuerpo limpio.
Testimonio: Juan y la nicotina
“Era vecino de unos cristianos. Tenía una fuerte adicción a la nicotina. Muchas veces trató sin éxito dejar de fumar. Después que acepto el amor de Jesús y le entrego su vida a Él, le pidió a Dios que le ayudara a dejar el cigarrillo.
Una noche, en un sueño, oyó una voz diciendo:
-Yo fui a la cruz por ti. ¿No puedes dejar de fumar por mi?
-He tratado, Señor, pero no puedo solo –respondió Juan.
Entonces la voz, muy suave, le dijo:
-Si haces el esfuerzo, yo te ayudaré.
Después del sueño, cuando tenía deseos de fumar Juan sacaba el cigarrillo del paquete y decía:
-Señor, te doy gracias por el deseo de fumar, Porque éste deseo me permite sacrificar algo por ti. No voy a fumar éste cigarrillo.
Al pensar de esa forma, el deseo de fumar se esfumaba, y en tres días pudo abandonar por completo el vicio. Dios puede hacer lo mismo con cualquiera que se lo pida.” ---------
¿Amas a Dios?
¿Qué tanto estas dispuesto a sacrificar los malos deseos por amor a Jesús?
¿Qué estas dispuesto hacer por Él?
La mejor decisión que el hombre puede tomar es consagrar su vida a Dios por completo.
4. NUNCA PIENSE EN EL DIVORCIO
En los votos matrimoniales en el día de la boda, estamos muy convencidos de decir “SI” a cada voto o promesa, como el amarnos y honrarnos mutuamente hasta que la muerte nos separe.
Pero para cumplir estos votos o promesas hay que pagar un precio que muchos no quieren pagar y prefieren salir por la puerta fácil del divorcio. Para llegar ser un solo cuerpo cuesta años ya años de esfuerzo. No olvidemos que Dios esta moldeando nuestra vida para que seamos como Cristo, nos esta preparando para pasar la eternidad con Él.
Dios odia el divorcio. Y el “creyente en Cristo” nunca debe considerar el divorcio como una posible solución a los problemas matrimoniales. Por eso es muy importante platicar constantemente sus diferencias, porque la falta de comunicación debilita al matrimonio.
No es fácil pero si vale la pena hacer el esfuerzo por conversar siempre, lo bueno y lo malo, las victorias y las derrotas, hablar de los problemas. Hablar a la manera de Dios es más sano y fructífero, porque lo haces con humildad buscando siempre la paz y la reconciliación. Solo hablando constantemente aprendemos cómo piensa nuestro cónyuge.
El egoísmo, el orgullo y la falta de comunicación son virus mortales que destruyen al matrimonio hasta dejarlo sin vida (divorcio). Hay matrimonios que ya tienen los días contados, pero si buscan a Dios y se entregan por completo a Su amor, Él puede sanar y dar nueva vida matrimonial al practicar sus principios y valores.
5. NO OLVIDE SUS VOTOS NUPCIALES
Otra parte del pacto matrimonial es “en enfermedad o en salud, en prosperidad y en adversidad”, no lo olvidemos. En la vida hay altibajos y las dificultades de la vida hace que el matrimonio sea difícil.
La enfermedad de alguno de los dos puede afectar al matrimonio, si no se aguanta con paciencia el tiempo doloroso que se pase. Podemos aprender la paciencia en los tiempos de enfermedad y Dios nos puede dar una unión más íntima.
6. SATISFAGA LAS NECESIDADES DE SU ESPOSA
1 Corintios 7:32-33 VLS
“Yo quisiera no verlos preocupados. Los solteros se preocupan de las cosas de Dios y de cómo agradarle. También las viudas y las solteras se preocupan por agradar a Dios en todo lo que hacen y piensan. En cambio, los casados se preocupan por las cosas de este mundo y por agradar a su propia esposa. Del mismo modo, las casadas se preocupan por las cosas de este mundo y por agradar a su propio esposo.”
Agradar a nuestra esposa es una obligación.
¿Sabes cómo agradar a tu esposa?
¿Conoces las necesidades de ellas?
¿Escuchas cuando ella te quiere decir algo?
¿Comprendes sus necesidades físicas?
A veces nos casamos con el trabajo y nuestra esposa pasa a segundo lugar de importancia en nuestra vida, haciendo que ella se sienta marginada. Puede llegar el extremo que le emociona más el trabajo que su misma esposa.
La mujer puede sentir que esta en competencia con el trabajo de su marido. Él no acepta la cooperación ni el compañerismo de su esposa.
A veces los esposos no apartamos tiempo para dar la atención que necesita la esposa y considerar sus sentimientos. Pueden llegar hasta ignorarlas porque no les importa. Este comportamiento del esposo siembra en la esposa “amargura” haciéndola infeliz y llevándola a un mundo de quejas.
Hay hombres que dejan sola a la mujer en el cuidado de los hijos y del hogar, y esto para la esposa es muy importante, porque más que otra cosa, busca la comprensión de sus esposo.
Si como esposos no sabemos cómo mostrar el aprecio a nuestra esposa, entonces aprendamos cómo hacerlo y practiquémoslo todos los días.
Si las palabras hirientes que salen de la boca de una persona enojada, hacen un grave daño, es mejor aprender hablar elogios y palabras que traigan bendición y satisfacción al cónyuge.
Debemos mostrar aprecio por la aburrida y pesada tarea de la esposa al cuidar la casa y los niños. Nosotros los esposos somos el mundo de ella, y debemos esforzarnos para que ella se sienta satisfecha.
Hagamos que nuestra esposa sepa que la amamos y la apreciamos. Hablemos bien de ella en público, porque nuestras palabras regresarán con bendición a nuestro matrimonio y a nuestro trabajo.
7. AME A SUS HIJOS
Procrear hijos es un privilegio para el matrimonio y una bendición que Dios nos da pero con una gran responsabilidad ante Él. La mejor herencia que podemos dar a nuestros hijos es educarlos bien, bajo la guianza de valores y principios cristianos.
Formar hijos con valores es nuestra tarea y nuestro reto porque no es nada fácil pero debemos perseverar en hacerlo hasta el final. Debemos aportar a nuestra sociedad hijos e hijas ejemplares, con un alto nivel de calidad humana, como resultado de seguir nuestros pasos.
Nuestros ejemplo es importante ante ellos, porque no los engañamos, debemos ser padres ejemplares para que vean un modelo a seguir. Al final ellos decidirán qué hacer con su vida.
Los esposos debemos expresarle amor incondicional a nuestra esposa delante de los hijos, porque esta actitud y acciones les dan seguridad a ellos. También debemos demostrar nuestro amor incondicional a ellos como lo tenemos a su madre, a pesar de su mal comportamiento que no toleramos.
Debemos programar tiempo para pasar un tiempo de intimidad, para hablar con ellos, escucharlos y también para jugar, debemos hacer el esfuerzo y sacrificarnos. Los esposos no debemos huir de la responsabilidad paternal, porque eso también lastima a la esposa.
La intimidad es primero en el matrimonio y en segundo lugar con los hijos, pero debemos practicarlo en ambos. La intimidad es tener una comunicación abierta, con libertad, confianza, respeto y con mucha transparencia, es decir, siempre con la verdad.
La intimidad es apartarse de toda actividad para pasar un tiempo a solas con la esposa, con cada uno de los hijos por turno.
Es un tiempo programado para estar fuera de casa, lejos de la presiones del hogar. Tenemos tiempo para todo pero no para la intimidad matrimonial y familiar. Los reglamentos sin una intimidad constante solo traen rebelión con agresión en nuestros hijos.
La intimidad es un excelente ablandador de corazones duros por la rebelión, el resentimiento y la amargura. También es un abre puertas para amar, instruir y disciplinar
a nuestros hijos.
No olvidemos lo siguiente:
--A menor intimidad, mayor rebelión y agresión.
--A mayor intimidad, menor rebelión y agresión.
La intimidad es una experiencia que nunca olvidarán nuestros hijos, que marcará sus vidas positivamente para siempre. Hay hijos que no tienen un recuerdo agradable con su padre porque nunca pasaron tiempo juntos y a solas para convivir, platicar y jugar.
Nuestro hijo Alex me dice que cuando sea grande y tenga hijos va a salir a solas con ellos como nosotros lo hacemos, y eso me llenó de satisfacción escuchar esas palabras, deseos y planes que tiene para el futuro con el favor de Dios, y precisamente me lo dijo en un tiempo de intimidad que pasamos juntos, tenía aproximadamente siete años de edad, cuando fuimos a correr a un parque ecológico de Pachuca.
El hijo quiere imitar a su padre, y nosotros somos el primer novio de nuestra hija. Debemos tratar a nuestros hijos según la personalidad que Dios les ha dado, evitando el favoritismo y las comparaciones.
Sobre todas las cosas, no debemos dejar de orar por nuestros hijos todos los días y declarar palabras de bendición y prosperidad sobre sus vidas imponiendo manos, así como en nuestras oraciones personales de intercesión.
Nuestras oraciones les seguirán todos los días de sus vidas, no perdamos la esperanza de ver cumplido el propósito de Dios en cada uno de ellos.
8. PERDONE DE CORAZÓN
Hay cosas que hacemos los esposos que lastiman profundamente a
nuestra amada esposa, y creemos que todo esta bien y no pasa nada, pero ella internamente esta sangrando y aguantando el dolor, hundiéndose en la desesperación.
La falta de atención y de intimidad puede ser el inicio de la frustración en ellas, porque estamos muy ocupados y afanados que ella no aparece en nuestra agenda y prioridades.
El activismo o la adicción al trabajo puede afectar nuestra intimidad con Dios, reflejándose en la falta de oración y de lectura de la Palabra, afectando en nuestro temperamento de manera negativa, y esto puede destruir nuestro matrimonio, por el exceso de quejas.
Todos estos descuidos de nuestra parte pueden desanimar a nuestra esposa al grado de pensar en irse de la casa y renunciar a todo, y la única puerta para esto es el divorcio.
Cuando se piensa en el divorcio es tiempo para buscar ayuda con un consejero matrimonial para iniciar la operación rescate. Los hombres debemos aprender apreciar a nuestra esposa, escucharla y aceptarla tal y como es ella, debemos ser agradecidos con Dios por su vida.
Debemos practicar la humildad tanto como el que ofende como el ofendido para que Dios llegue a sanar la relación matrimonial.
El orgullo y soberbia detiene el proceso de restauración y sanidad, porque uno quiere pedir perdón o la otra persona no quiere perdonar porque ya se fastidió de siempre lo mismo y los mismo.
Mateo 13:10-15 NVI
10 Los discípulos se acercaron y le preguntaron:
-¿Por qué le hablas a la gente en parábolas? 11 -A ustedes se les ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos; pero a ellos no.
12 Al que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia. Al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará.
13 Por eso les hablo a ellos en parábolas:
»Aunque miran, no ven; aunque oyen, no escuchan ni entienden.
14 En ellos se cumple la profecía de Isaías:
»"Por mucho que oigan, no entenderán; por mucho que vean, no percibirán. 15 Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible; se les han embotado los oídos, y se les han cerrado los ojos. De lo contrario, verían con los ojos, oirían con los oídos, entenderían con el corazón y se convertirían, y yo los sanaría."
El orgullo no te deje ver tus errores, no te deja oír razones y no te deja entender ni comprender a las personas, porque simplemente te vuelves insensible por la falta de humildad.
El humilde ve sus errores y ve a las personas con aceptación, las escucha con atención para comprenderlas, buscar la reconciliación y llegar a un acuerdo para caminar juntos y unidos.
PRACTICANDO LA HUMILDAD
El humilde ante su error
1. Reconoce su error
2. Acepta con responsabilidad sus acciones y palabras.
3. No justifica su error. No busca culpables para evadir su responsabilidad.
4 .Pide perdón de corazón, mirando a los ojos. Debe dolerle sus malas acciones o palabras.
5. Demuestra con hechos y cambios permanentes su arrepentimiento.
El humilde ante la ofensa
1. Perdona de inmediato.
a) Antes de que le pidan perdón.
b) Aunque no le pidan perdón.
El humilde sabe que si no perdona no tiene a Dios de su lado y como su aliado. El que no perdona se convierte en enemigo de Dios porque no hace Su voluntad y esta muy lejos de Él.
Mateo 6:12-14 NVI
12 Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores. 13 Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno." 14 »Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial.
15 Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas.
Efesios 4.29-32 NVI
29 Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan.
30 No agravien al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de la redención.
31 Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia.
32 Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
Los malos entendidos como las ofensas debemos arreglarlas el mismo día antes de dormirnos, para no dar lugar al resentimiento y comience el proceso de la infección emocional.
También para que no le demos lugar al diablo, porque esta buscando la oportunidad para sembrar sus semillas de amargura.
Efesios 4:25-26 NVI
25 Por lo tanto, dejando la mentira, hable cada uno a su prójimo con la verdad, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo.
26 «Si se enojan, no pequen.» No dejen que el sol se ponga estando aún enojados,
27 ni den cabida al diablo.
El humilde no esta exento del enojo, pero sabe manejarlo con inteligencia y sensibilidad, es decir, que usa las dos inteligencias, la intelectual y la emocional, piensa antes de hablar, en las consecuencias de sus palabras y no se deja llevar por sus impulsos de sus emociones.
Nuestro espíritu debe tener control en las dos inteligencias, por eso debemos alimentarlo con la Palabra para estar fuerte y saludable.
Las dos inteligencias están en medio, por un lado esta nuestro espíritu y por el otro esta la carne, en el centro esta el alma con su intelecto, emociones y voluntad.
Espíritu <-> Alma <-> Carne
Simplemente el más fuerte tiene el control sobre el alma. La oración y la Palabra alimentan nuestro espíritu y la carne se va debilitando hasta que la crucificamos en la cruz.
Su Palabra debe crecer en nosotros para que la carne decrezca con sus malos deseos hasta que se someta totalmente a la obediencia a Cristo.
Debo morir al pecado para vivir en Su gracia. La Palabra crecerá en mi cuando comience a obedecer todas sus instrucciones, cuando me convierta en un hacedor de la Palabra, así iré tomando control de mi alma poco a poco.
Sin perdón no hay restauración y no tenemos a Dios como aliado.
El perdón tiene que ver con cuatro puntos importantes:
- Pedir perdón a Dios.
- Pedir perdón a mi prójimo.
- Perdonar a mi prójimo.
- Perdonarme a mi mismo.
9. LEER LA BIBLIA Y ORAR JUNTOS
Es muy importante alimentar nuestro espíritu a través de la lectura de la Palabra y la oración, pero también nuestra relación matrimonial se fortalece cuando juntos oramos y leemos la Biblia Aunque tengamos mucho trabajo, no debemos descuidar la disciplina de orar y leer la Biblia todos los días de manera personal y como pareja, porque así ya no será fácil pelear.
Ésta disciplina es la que más se descuida en la gran mayoría de las parejas cristianas, por eso llegamos a sufrir las consecuencias. Es bueno hacer el esfuerzo hasta lograr formar un hábito de leer un capitulo diario y orar por lo menos cinco minutos en acuerdo, porque esto es muy poderoso para quebrantar y humillar nuestra carne.
10. MANTENGA EL ROMANCE
A veces la esposa tiene la incertidumbre si verdaderamente le amamos tanto como a nuestro cuerpo, si realmente le amamos. Cuando nos casamos no compramos a una esclava para que estuviera a nuestro servicio las 24 horas del día.
Nos casamos para compartir nuestra vida con ella y para que fuera nuestra compañera.
La Hna. Linda Finkenbider escribió una carta en su libro “Amor en Conflicto”
Para que nosotros los esposos aprendiéramos:
“Querido esposo:
Yo sé que debo mantenerme humilde, dulce y sumisa.
Ese es mi deseo. Tú eres mi príncipe azul, con el que siempre había soñado.
Yo ansiaba que llegara el día de ser tu esposa para darte mi vida. Pero a veces me pregunto si hice bien.
¿Realmente amas?
¿Me amas tanto como a tu propio cuerpo?
Cuando nos casamos, ¿creíste que me estabas comprando?
¿Soy esclava tuya?
Yo pensé que iba a ser tu compañera. Quiero compartir tu vida.
Sé que tú tienes más fuerza física y emocional que yo, y yo necesito tu fuerza. Pero también te pido que no me grites, sino que me trates con ternura. Anhelo ser la persona más importante de tu vida, no como una perrita debajo de la mesa esperando que me tomes en cuenta.
Cuando lloro, necesito que me tomes en tus brazos y no me regañes. El llorar me alivia la tensión. Si me tienes compasión, yo puedo ser más fuerte cuando tú me necesitas a mí.
Cuando discutimos y tu me regañas, me siento muy triste. ¿Quién te dio derecho a regañarme? En cambio, cuando admites que has fallado y me dices: “la culpa es mía, perdóname” me haces sentirme muy dichosa de ti. Eres más digno cuando reconoces tus fallas. Cuando me echas toda la culpa a mí, me es difícil mantenerme dulce y humilde.
Lo más difícil de todo para mi es darte mi cuerpo después de un disgusto, cuando tus palabras y actitud han quebrantado mi espíritu. Cuando tu sientes dolor en el cuerpo, ese día no te interesa hacer el amor conmigo. Así me siento yo cuando me hieres emocionalmente. En esos momentos debes considerar mis sentimientos y consolarme con ternura, tomándome en tus brazos y asegurándome que me amas.
Yo necesito saber que me aprecias y que te alegra mucho que sea tu esposa. Si haces esto, tendrás el gozo de oírme darle gracias a Dios por ti, y tendrás nos solo mi respeto sino toda mi devoción y todo mi amor.”
El hombre es el líder del hogar y determina la felicidad de su matrimonio.
En el matrimonio hay una responsabilidad compartida, pero todo comienza con el esposo, porque Dios nos dice que la amemos como amamos nuestro cuerpo, ésta acción de ternura trae como resultado la sumisión y el respeto de nuestra esposa.
A toda acción corresponde una reacción, pero en éste caso una buena acción trae una buena respuesta con la misma fuerza de amor y entrega.
Nosotros los esposos debemos comenzar a ser románticos y tiernos con nuestra esposa y debemos mantenernos así siempre.
Simplemente, mantener el romance en nuestro matrimonio es nuestra decisión.
Bibliografía
AMOR EN CONFLICTO
Por Linda Finkenbinder
Editorial desarrollo Cristiano Internacional
Edición 1999
Nota: Recomiendo ampliamente éste libro, porque nos confronta en una reflexión profunda de nosotros mismos y de nuestro matrimonio. Me atrevo a decir que es una lectura obligada para las parejas cristianas que están sirviendo a Dios. – Ernesto Rosas
LA BIBLIA
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