viernes, 5 de octubre de 2007

LA FE BIBLICA

Por Ernesto Rosas


* Es una condición del corazón y no de la mente.

* Es en el presente y no en el futuro.

* Produce un cambio positivo en nuestra vida.

* Esta basada en el testimonio de la Palabra de Dios y no en los sentidos.

* Se expresa por la confesión de la boca.


LA FE BIBLICA HABLA

Solo la fe hablada o declarada suelta el poder de Dios.

Proverbios 18.21 NVI
“En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto.”

Mateo 12:34 NVI
“... De la abundancia del corazón habla la boca.”

2 Corintios 4:13 NVI
“Escrito está: <>. Con ese mismo espíritu de fe también nosotros creemos, y por eso hablamos.”

La fe actúa junto con los principios de la Palabra de Dios.

Hay etapas en la vida donde hay tranquilidad, abundancia, adversidad, escasez y ansiedad. Debemos aprender a vivir en cada una de ellas. En esos tiempos: ¿Qué pensamos?, ¿Qué hablamos?, ¿Cómo actuamos o nos comportamos?

Sin fe es imposible agradar a Dios y vivir el cristianismo bíblico. Los tiempos difíciles son tiempos de prueba (1 Pedro 1:3-9), son por poco tiempo, son para consolidarnos, para crecer y agradar a Dios. La meta de nuestra fe es para salvación, pues nos salva en los tiempos difíciles.

Salmo 116:10 Versión Reina Valera.
“Creí; por lo tanto hablé, estando afligido en gran manera.”

Salmo 116:10 NVI
“Aunque digo: <>, sigo creyendo en Dios.”

Seguir creyendo significa “creer y hablar por fe”. Cuando hablamos lo que creemos nos mantenemos en la fe. Hablar por fe es confesar la Palabra de Dios (Romanos 10:8-13). Confesar a Jesús es confesar Su Palabra, porque Jesús y la Palabra son uno.

2 Corintios 4:7-9, 13
Pablo vivió tiempos muy difíciles, ¿Qué hizo? se mantuvo en la fe, ¿Cómo? creyendo y hablando la Palabra de Dios. No seamos pericos o cotorros que hablan por hablar sin saber lo que dicen. Si sueltas palabras de fe Dios suelta su poder sobre tu vida y las circunstancias.

Si no hablas, pierdes. Hablemos con fe ante lo imposible, la palabra rema, lo que Dios ha revelado a nuestro espíritu. Lo que crees en tu corazón confiésalo en el nombre de Jesús.

No dejemos que el temperamento y los arrebatos nos ganen (Números 20:1-12). Podemos perder ante la adversidad. Moisés por no hablar perdió un privilegio. Lancemos palabras de fe a la adversidad y Dios soltará su poder para vencer la adversidad.