jueves, 16 de febrero de 2012

Clase 5 - GC 2012


EL SEÑOR ES MI LUZ

Salmo 27:1-3

¿Cuántos de ustedes le temieron a la oscuridad de pequeños? Todavía hay algunos adultos que le temen a la oscuridad, quizás alguna experiencia traumática vienen arrastrando de su niñez. Hubo un hombre que no podía estar en lugares encerrados porque en su infancia lo castigaron encerrándolo en un closet oscuro. Esa misma sensación se puede tener cuando estás enfrentando una circunstancia difícil y quizás a nuestros ojos parece imposible resolverlo.

(v.1) El Señor es mi luz y mi salvación; ¿A quién temeré? – Es una frase que declara una poderosa respuesta a nuestra situación presente, “Luz y salvación” son dos cosas que necesitamos en un momento oscuro, donde no vemos la puerta o la salida y solo necesitamos un pequeño rayo de luz para ver la solución. Dios siempre tiene la respuesta a los problemas que estemos enfrentando, por eso necesitamos la luz de Su Palabra. Salmo 119:105

La palabra “Salvación” significa en las Escrituras protección, provisión, salvación, liberación y sanidad. El salmista fue muy concreto al decir porque no tenía miedo ante la adversidad, porque veía la solución en Dios y sabía que Él era lo que lo que necesitaba, provisión, sanidad y todo lo que mencione hace un momento, porque sabía que Dios era su salvación.

Es importante saber quién es Dios de acuerdo a las Escrituras, conocerlo íntimamente para depositar toda nuestra fe en Él. Tú no puedes confiar en alguien que no conoces y esa debe ser nuestra prioridad en la vida. El rey David dijo tres cosas que conocía de Dios y era una realidad firme en él: Luz, Salvación y Baluarte. Estas tres verdades que encontró en Dios le levantaron su autoestima, le dio las fuerzas, la valentía para seguir adelante y conquistar todos los retos y desafíos que la vida le ponía.

(v.2-3) No tenía miedo al ejército enemigo ni mucho menos su tamaño, porque sabía en su corazón que Dios era mucho más grande que cualquier ejército del mundo. David solo mantenía su confianza en Dios, esa era su tarea, mantener la fe en un constante crecimiento, y esto es posible leyendo la Biblia, orando (manteniendo el contacto con Dios), congregándonos para escuchar la Palabra, entre otras cosas. Todo esto nos ayuda a fortalecer nuestra fe, porque esa es nuestra tarea.

No importa lo que estés enfrentando ni lo difícil que pueda ser, Dios es más grande que tu problema y Él es la única solución para tu vida. Te animo a que deposites toda tu fe en Él, no olvides que es tu luz, salvación y fortaleza. No tengas miedo porque Dios tiene la solución y la última palabra.

La Palabra de Dios (Biblia) tiene la respuesta y te dirá lo que debes hacer. Te animo a que no la dejes de leer, meditar, estudiar y obedecer, porque eso es lo que te fortalece y te da la luz para que tomes decisiones correctas. Entonces declaremos con todo nuestro corazón que el Señor es mi luz, mi salvación y mi baluarte, no tengo miedo. Salmo 119:130, Proverbio 6:23, 1Pedro 1:19