viernes, 21 de septiembre de 2007

MATRIMONIO FRUCTIFERO o ESTERIL

por Ernesto Rosas

La creación es un milagro de Dios. La naturaleza tiene actos diseñados por Dios, con propósitos definidos. Como ejemplo: las plantas, los insectos, los peces, mamíferos, reptiles, entre otros.

La creación del hombre fue una gran idea, como lo es el matrimonio.

Génesis 1:26-27
“Y dijo: ‘Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre lo animales domésticos, sobre los animales salvajes, y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo.’ Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó,”

El matrimonio es algo muy bueno, así dice Dios.

Génesis 1:31“Dios miró todo lo que había hecho, y consideró que era muy bueno. Y vino la noche, y llegó la mañana: ése fue el sexto día.”

Dios bendice el matrimonio de Adán y Eva, porque estaban delante de Él. Es importante casarse delante de Dios, para disfrutar su bendición.

Génesis 1:28
“Y los bendijo con estas palabras: ‘Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo’.”

I. Sean fructíferos.

FRUCTÍFERO: “Crecimiento y Madurez”; espiritual (intimidad con Dios), emocional y mental. Dar fruto en nuestra manera de “ser” y “hacer”

Ser fructíferos se enfoca a nuestra vida personal. Significa que debemos estar completos antes de casarnos. Primero dijo Dios: “Sean fructíferos”, y luego dijo: “multiplíquense”, y esto se logra cuando el hombre y la mujer se unen para ser uno.

No creamos en el mito popular: “¿Ya encontraste tu media naranja?” No lleguemos al matrimonio a medias ó incompletos, enfermos, maltratados, con heridas sin sanar. Las matemáticas matrimoniales dice que uno más uno es igual a uno. Por lo tanto no sigamos la corriente de éste mundo, porque su filosofía esta muy lejos del diseño original de Dios.

Se necesitan dos personas completas para formar ó llegar a ser “UNO”.

Con respecto a tu vida personal:
¿Te conoces a ti mismo?
¿Te amas y aceptas a ti mismo?
¿Estás trabajando en tus debilidades?
¿Sigues aumentando tus virtudes?
¿Te esfuerzas por conocer más a Dios?
¿Tomas en cuenta a Dios en tus decisiones?
¿Vives como Jesús vivió?
¿Qué nivel de calidad humana tienes?

Debemos llegar al matrimonio con una vida fructífera y no estéril en la soltería. Muchas parejas llegan siendo “estéril” y terminan en fracaso y frustración, porque hay inmadurez e inestabilidad.

PARÁBOLA DE LA SEMILLA QUE CRECE

Marcos 4:26-29“Jesús continuó: ‘El reino de Dios se parece a quien esparce semilla en la tierra. Sin que éste sepa cómo, y ya sea que duerma o esté despierto, día y noche brota y crece la semilla. La tierra da fruto por sí sola; primero el tallo, luego la espiga, y después el grano lleno en la espiga. Tan pronto como el grano está maduro, se le mete la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha’.”

SEMILLA: Palabra de Dios.
TIERRA: Nuestro corazón.

La semilla crece. La tierra da fruto, proceso: tallo, espiga, grano lleno de espiga.

Cuando el grano esta maduro, significa que ha llegado el tiempo de la cosecha. El tiempo de la cosecha es el matrimonio. La Palabra de Dios debe crecer en tu vida, para prepararte para el matrimonio.

Tres niveles de crecimiento espiritual:
TALLO - 30% - Hijos.
ESPIGA - 60% - Jóvenes.
GRANO - 100% - Padres. (Madurez)Mr. 4:20, 1 Juan 2:12-14
LLENO
DE ESPIGA

¿En qué nivel te quieres casar? o ¿En qué nivel te casaste?

El problema de muchas parejas es que practican el “ateismo moderno”. ‘Creen en Dios pero viven como si no existiera’, porque su comportamiento, palabras, pensamientos, actitudes, entre otros, demuestran que su cristianismo es pura religión, muy lejos de una relación íntima con Dios. Solo tomaron en cuenta el día de la boda religiosa o por la iglesia, pero después se olvidaron rotundamente.

Quieren vivir su matrimonio sin tomar en cuenta el manual del fabricante, y no viven sino que sobreviven. No es posible vivir sin Dios en nosotros, y en nuestro matrimonio. Si Dios vive en nosotros y con nosotros, llegamos a ser fructíferos en tres áreas:

> Nuestra relación con Dios.
> Nuestra manera de ser.
> En lo que hacemos.

II. La esterilidad.

LA PARÁBOLA DE LA HIGUERA ESTÉRIL.

Lucas 13:6-9“Entonces les contó esta parábola: ‘Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo, pero cuando fue a buscar fruto en ella, no encontró nada. Así que le dijo al viñador: Mira, ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no he encontrado nada. ¡Córtala! ¿Para qué ha de ocupar terreno? Señor –le contestó el viñador–, déjela todavía por un año más, para que yo pueda cavar a su alrededor y echarle abono. Así tal vez en adelante dé fruto; si no, córtela’.”

HIGUERA: Cristiano /Matrimonio
VIÑA: Iglesia / El Reino de Dios.
Tiempo: 3 años.
Resultados: ninguno.

En la boda ante Dios, Él nos bendijo y nos ordenó: “Fructifiquen” y “multiplíquense”. Pero nos enfocamos en lo segundo y no en lo primero: DAR FRUTO en nuestra vida personal.

El enamoramiento esta vinculado con las relaciones sexuales, con el instinto de preservar la especie. El enamoramiento no es amor en sí, es transitorio. Puede durar de uno a cuatro años.

Debemos trabajar en nuestra vida personal antes de casarnos y después de casarnos. Es un trabajo permanente en ésta vida.

Juan 15:16
“No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.”

Dios nos escogió para dar fruto permanente. Dios no quiere “cristianos petateros” que se prenden y se apagan rápido, o sea, llamaradas de petate.

El fruto permanente va en proporción a la PROFUNDIDAD de la relación con Dios. Profundidad no es practicar una religión sino una relación personal con nuestro Padre celestial.

La profundidad se ve reflejada en el compromiso con Dios, en la intimidad con Jesús. Una relación profunda y comprometida con Él, no podemos ser los mismos. Él nos ayuda a cambiar y a mejorar nuestra vida y nuestro matrimonio.

La higuera en tres años no dio fruto.
¿Cuántos años llevan de casados?
¿Hay fruto en tu vida personal y en tu matrimonio?

Una higuera sin fruto será cortada que significa separación o divorcio.

Última oportunidad: un año más.
Contexto: Lucas 13:1-5 El arrepentimiento.
Consejo: (1) CAVAR: ahondar. (2) ABONAR: cortar, hacer pedazos, lamentarse, llorar, arrepentirse.

Cavar para ver la condición de las raíces y revisar si tienen plagas. Cavar y abonar significa: “Ir a la profundidad de nuestro corazón, cortar y hacer pedazos las plagas.” También es reflexionar sobre la intimidad en el matrimonio, tanto en su comunicación abierta, con libertad, confianza y respecto, así como en las relaciones sexuales.

Cortar y hacer pedazos las plagas, exterminarlas es: quitar la inmundicia, quitar la maldad, lamentarnos por lo que hicimos, arrepentirnos y estar convencidos de cambiar para salvar el matrimonio. Algunas personas saben que están mal pero no hacen nada al respecto porque no quieren hacerlo o creen que no pueden hacerlo entrando en una etapa depresiva.

PLAGAS:
Rencor, Odio, No perdón, Adulterio, Ira, Lujuria, Maltrato, Alcoholismo, Amargura, Abuso sexual, Resentimiento, Venganza, Rebeldía, Mala actitud, Pornografía, Malos hábitos, Pereza, Violencia, El silencio, Mamitis, El me-valeismo, La indiferencia, Negativismo, No hablar bien (maldición), No superación personal, Mala comunicación, Falta de intimidad, Falta de respeto, Ateismo moderno, Afán, Activismo que significa adicción al trabajo.

Debemos abonar nuestro corazón a través de la Palabra de Dios y del arrepentimiento como primer punto de inicio.

¿Cómo lo voy a hacer?
> Convicción de los errores.
> Arrepentimiento de corazón. Te duele haber fallado
> Cambiar, tomar la dirección correcta.
> Crecimiento en la intimidad con Jesús.
> Madurez. Vives como Jesús vivió.
> Fruto. En tu manera de ser y hacer.

Cortar la higuera es el divorcio o la separación. Pueden vivir juntos pero sus vidas están separadas. Si hay problemas en el matrimonio, es porque no hay fruto en sus vidas.

Hay que darse una oportunidad de un año para cavar y abonar, la pareja juntamente. Cada quien debe checar cómo esta su corazón. Pide al Espíritu Santo que te convenza de tus errores, y arrepentirte de corazón. Es un trabajo de dos para obtener los mejores resultados. En un año pueden ver el avance por la sanidad. No significa que la relación será perfecta, pero si pueden tomar la decisión de seguir o terminar.

Sí alguno de los cónyuges no quiere trabajar en su propia vida y tu estas de acuerdo en vivir con él (ella), entonces esfuérzate en cambiar con la ayuda de Dios para que impactes positivamente a tu cónyuge y que el Espíritu Santo traiga convicción de sus errores en su corazón para decida cambiar. Es un proceso nada fácil pero puedes hacerlo con éxito si estas convencido de que tu matrimonio tiene esperanzas de salvarse.

Durante el proceso no te fijes si tu cónyuge esta cambiando o no, porque esto es muy desgastante al ver que no avanza, que sigue igual con sus malos hábitos o debilidades. Tú concrétate en cambiar en tu vida y ruega a Dios por tu cónyuge para que logre hacer los cambios.

¿Cuál es la plaga que esta destruyendo tu vida y tu matrimonio? ¿Vas a permitir que corten tu higuera?

Hoy es el tiempo para:
> Arrepentirse.
> Perdonar.
> Pedir perdón.
> Perdonarse a sí mismo.
> Cambiar positiva y permanentemente.

Renunciemos al arrepentimiento falso. Que el arrepentimiento de corazón sea nuestra actitud, nuestro estilo de vida. En lugar de las plagas en nuestro corazón, debe estar la Palabra de Dios y el Espíritu Santo. Renunciemos a una vida estéril por las plagas.

Toma la decisión de rescatar tu matrimonio obedeciendo los principios espirituales del Reino de Dios para poner “orden” en todo, comenzando en tu propia vida.