Por Ernesto Rosas
El dinero no es la felicidad, no es el centro de nuestra vida, no es nuestro amor. Es un medio para disfrutar la vida, porque sin el no comes, no compras ropa, no haces nada.
El trabajo honesto genera ingresos (dinero). También la codicia genera ingresos (dinero). ¿Cuál es la diferencia? El trabajo honesto trae bendición de Dios y la codicia trae maldición.
El plan de Dios es que disfrutemos el fruto de nuestro trabajo, de todo el ingreso, hay una parte que nos corresponde y hay una que le pertenece a Dios.
I. LA PARTE DEL HOMBRE
Eclesiastés 2:24 (NVI)
“Nada hay mejor para el hombre que COMER y BEBER, y llegar a DISFRUTAR de sus afanes (trabajo). He visto que también esto proviene de Dios,..”
Dios bendice a la humanidad por su mano generosa para que tengamos las cosas básicas. Dios espera que seamos sabios trabajadores y administradores.
Algunos dicen: “Trabajo duro y fuerte cada día, tengo mi negocio, pero No prospera y No me alcanza para disfrutarlo.
¿Qué es lo que está pasando?
¿Por qué recibo poco?
El evangelio de Jesús trae buenas noticias a los pobres. Trae un estilo diferente de vida. Trae vida abundante.
Juan 10:10 (NVI)
“El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.”
Dios quiere que vivamos saciados en todo. Que tengamos en abundancia: comida, bebida y gozo. La mano de Dios es muy generosa.
2 Pedro 1:3 (NVI)
“Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y potencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda.”
Todo lo que necesitamos nos ha sido dado: casas, comida, carros, ropa, familia, dinero, pareja, etc. La mano generosa de Dios nos lo ha dado todo en abundancia para compartir con otros. La escasez no viene de Dios.
Salmo 103:1-5
Debemos conocer que Dios es Dios.
Perdona todas las iniquidades.
Sana todas las dolencias.
Suple todas nuestras necesidades.
Estamos completamente saciados de todo bien.
¿Para qué?
Para que lo disfrutemos.
Por lo tanto, debemos ser agradecidos.
Recordando la parábola de Jesús, Lucas 12:13-21, los hermanos se pelean por la herencia. Cuidemos nuestro corazón de la codicia. El hombre rico dijo: v. 19 – “Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y goza de la vida.” Dios le dijo: ¡Necio!
¿Dónde estuvo su mal ó error? ¿Qué hizo?
¿Qué dejó de hacer? ¿Por qué lo llamó necio?
II. LA PARTE QUE LE PERTENECE A DIOS
¿Cuál fue el error del hombre rico?
Eclesiastés 5:19 (NVI)
“Además, a quien Dios le concede abundancia y riquezas, también le concede comer de ellas, y tomar su parte y disfrutar de sus afanes (trabajo), pues esto es don de Dios.”
Todo es de Dios. Si trabajamos sabiamente, Dios remunera nuestro trabajo, nos concede tomar nuestra parte. Significa que no todo es nuestro. Nuestra parte la podemos disfrutar, la otra parte, le pertenece a Dios. El hombre rico, no estaba pensando en la parte que le pertenece a Dios.
Muchos ricos de hoy viven una vida sin sentido. Otros, de repente lo pierden todo. Les pasan cosas que el dinero no puede resolver, ¿Por qué?, porque se olvidan de la parte que le pertenece a Dios. ¿Qué le pertenece a Dios?, Los diezmos y las ofrendas.
Hay cinco cosas que debemos hacer con las riquezas: comer, beber, gozar, diezmar y ofrendar. No es raro que tengamos cinco dedos en la mano, y esto nos recuerda la buena administración: Tomar mi parte y dar su parte a Dios.
¿Estará bien que primero tome mi parte y luego le dé a Dios? Lo correcto es primero le doy a Dios su parte y luego tomo mi parte. ¿Quién es tu Dios?, ¿Eres tú, ó el Dios de la Biblia? El que sea Dios de entre los dos, debe sacar primero su parte. Si tú eres dios, primero saca tu parte. Si Dios es Dios, saca primero Su parte.
Filipenses 3:19 (NVI)
“Su destino es la destrucción, adoran al dios de sus propios deseos (su dios es el estómago), y se enorgullecen de lo que es su vergüenza. Sólo piensan en lo terrenal.”
¿Por qué su dios es el estómago?
Porque con la bendición de Dios, primero compran “comida y bebida”. Si primero es Dios en nosotros tenemos su bendición total y Su bendición enriquece y no añade tristeza.
Al hombre rico de la parábola, las riquezas le trajeron muerte, quiso comerse y beberse la parte de Dios, esa fue su necedad y el resultado fue que rompió el pacto de bendición.
Pacto de bendición:
Llenarnos las manos de bendición para que primero pongamos la parte que le pertenece a Dios en sus manos. ¿Cuál es nuestra responsabilidad? Darle primero a Dios su parte, diezmos y ofrendas. ¿Cuál es nuestro privilegio? Comer, beber y gozar nuestra parte.
El orden correcto:
1° La parte de Dios. 1) Diezmar 2) Ofrendar
2° La parte del hombre. 3) Comer 4) Beber 5) Gozar
¿Estás batallando con la necedad, como el hombre rico?
¿Quién es tu Dios?, ¿Tú o el Dios de la Biblia?
¿Quieres ser próspero en todo?
ENTONCES PON EN ORDEN LAS DOS PARTES.