Por Ernesto Rosas
Toda la creación tiene un propósito bien definido. Tiene una misión. La visión nos marca el rumbo, la misión el qué hacer, cómo hacerlo y hacerlo. Los valores nos guían en el viaje para tomar decisiones.
El propósito de Dios para el matrimonio:
1. Compañerismo
2. Ayuda idónea
3. Procreación
4. Placer sexual
5. Prevención de fornicación
6. Prevención de adulterio
TRES ELEMENTOS DE UNA VISION SEDUCTORA
1. Propósito trascendente
2. Valores claros
3. Imagen del futuro
Debemos imaginarnos lo que queremos ser cuando cumplimos nuestro propósito y respetamos nuestros valores.
El hombre debe tener una visión matrimonial, compartirla con su esposa, retroalimentarse y definir la declaración final. La visión es una declaración que todos deben ver para poder seguirla. Escribir la visión y misión es una manera de comprometernos con ella, para seguirla día a día hasta alcanzarla.
Habacuc 2:2-3 NVI
2 Y el SEÑOR me respondió:
«Escribe la visión,
y haz que resalte claramente en las tablillas,
para que pueda leerse de corrido.
3 Pues la visión se realizará en el tiempo señalado;
marcha hacia su cumplimiento, y no dejará de cumplirse.
Aunque parezca tardar, espérala;
porque sin falta vendrá.
Es necesario que los cónyuges dialoguen y definan bien su sueño matrimonial porque es para toda la vida y debemos disfrutar al máximo el trayecto y juntos brincar los obstáculos. Es un sueño de los dos y juntos lo lograremos. A continuación les comparto un ejemplo de una declaración de una visión seductora para el matrimonio. Por supuesto que puedes agregar más puntos de acuerdo a tu visión.
D E C L A R A C I Ó N - M A T R I M O N I A L
1. Nuestro compromiso como matrimonio es apoyar nuestro mutuo crecimiento y contribuir a nuestra comunidad, para vivir en el propósito de Dios.
2. Nuestros valores son el amor, el respeto, la Biblia, la comunicación honesta (desnuda), el aprendizaje y la diversión.
3. Sabemos que estamos actuando de conformidad con nuestros valores cuando respetamos el derecho de cada uno de nosotros de ser quien es, cuando decimos la verdad de una manera en que nuestro cónyuge la pueda escuchar.
Cuando nos alentamos unos a otros a mirar las cosas en un ángulo nuevo, y cuando jugamos y reímos juntos.
4. Dios es parte de nuestra vida y es insustituible. Podemos confiar plenamente en Él. Mantenemos una relación íntima con Jesucristo y Su Palabra, para vivir en armonía en nuestro interior y exterior.
5. Cumplimos con nuestros deberes sin que nos lo recuerden, porque los dos dependemos de Dios, y uno del otro como matrimonio.
6. Apoyamos el crecimiento de nuestro cónyuge al proponernos ser lo mejor y dar lo mejor de nosotros mismo.
7. Estamos dispuestos a aprender de nuestros errores.
A veces discutimos y expresamos nuestras diferencias, pero sin llegar a pelear, porque la pelea siempre busca lastimar a su oponente.
8. Siempre hacemos las paces o la reconciliación para mantener la paz, porque nuestro amor es más fuerte que cualquier cosa.
9. A medida que crezcamos y que cambien nuestra vidas, nuestro amor siempre nos mantendrá unidos y nuestros sueños siempre nos guiarán.
Esta declaración la debemos pegar en el refrigerador o en lugar visible y común para los dos. Es un credo matrimonial y debe ser parte de nuestra vida diaria.
Entre más busquemos la presencia de Dios y Su Palabra de manera personal y como matrimonio, más unidos estaremos en Él y como esposos brincaremos los obstáculos, pelearemos las batallas porque uno echa mil y dos a diez mil.
El matrimonio cristiano que vive como Jesús, practicando las Escrituras todos los días, son dinamita pura en el ambiente espiritual para llevar hacia delante en la extensión del Reino de Dios aquí en la tierra. Seamos matrimonios dinamitas ¡!