jueves, 5 de enero de 2012

Clase 16 - GC 2011

AMOR QUE PERSEVERA

Hebreos 12:1-3

Una de las cosas que todos enfrentamos en algún momento de la vida es la falta de “constancia” en los pensamientos, en las metas, las actitudes, en la misión, en brincar los obstáculos, entre otras cosas. Comenzamos las cosas pero por cualquier motivo las abandonamos y no las terminamos, formando así una vida mediocre que se refleja en el matrimonio, en la relación con los hijos y en cualquier relación interpersonal.

Jesús es nuestro máximo ejemplo a seguir, porque la constancia es parte de su personalidad. La constancia nos ayuda a practicar la perseverancia, es decir, que a pesar de lo que esté pasando a nuestro alrededor, de lo que veamos, oigamos o sintamos, nosotros seguimos adelante con nuestra misión (Una tarea que hacer) hasta alcanzar la meta establecida.

(v.1) Debemos despojarnos de todo estorbo que no nos dejan correr hacia nuestra meta. El pecado debemos quitarlo, es decir, renunciar a la maldad, no practicarlo, no volverlo hacer. El pecado son acciones que quebranta la Palabra de Dios porque va en contra de los principios éticos que el Señor ha establecido. También pecado es hablar o hacer lo impropio e injusto.

También debemos despojarnos de los malos pensamientos que solo producen miedo, queja y negativismo, que solo te debilitan en la carrera de la fe, por eso algunos dejan o abandonan la carrera cuando van a la mitad o les falta poco para llegar al final.

(v.2) Jesús se despojó de todo lo anterior y se enfoco al cien por ciento en su misión para lograr la meta. Nosotros debemos “Fijar” nuestra mirada en Jesús porque ésta acción genera fe en nuestro corazón. La decir fijar la mirada significa que debemos eliminar toda distracción que debilita nuestra fe. Que nuestra mirada este anclada, inmovible.

¿Qué es lo que está distrayendo? ¿Qué es lo que está debilitando tu fe? ¿Qué pensamientos están generando desánimo, miedo e inconstancia? ¿Qué pecado esta estorbando en tu vida que no te deja avanzar, progresar?

Jesús “Soporto” la cruz. No fue nada fácil hacerlo pero Él lo hizo, porque el AMOR fue su principal motivación para seguir adelante, le dio fuerza para soportar el dolor que estaba sufriendo en Su cuerpo. Por amor soporto la vergüenza de estar completamente desnudo en la cruz del calvario, porque sabía que Su sacrificio traería el perdón de nuestros pecados y nuevamente la vida de Dios en nosotros.

Jesús miró los resultados de Su sacrificio y no el dolor que pasaría para lograr Su meta. Nosotros debemos hacer lo mismo ante la meta que está frente nosotros, no mires el dolor o la incomodidad de tu sacrificio sino los resultados que vas a obtener si perseveras hasta el final.

(v.3) No te canses ni te desanimes, Jesús nos da su ejemplo para que sigamos adelante. ¡Ánimo!