Hebreos 11:32-34
Cuando hablamos de conquista hablamos de retos, desafíos que tenemos por delante, que con esfuerzo, dedicación y perseverancia lo alcanzaremos. Dios nos ha concedido miles de promesas que están escritas en la Biblia pero debemos conquistarlas por medio de la fe, porque el Reino de Dios todo es por fe y para fe, es un acto y una actitud permanente. 2Pedro 1:3-4, Romanos 1:17
Muy aparte del maligno que no quiere que conquistemos las promesas, también nos enfrentamos al desánimo, la tristeza, el cansancio, la incredulidad, la duda, la pereza, las malas compañías, entre otras muchas cosas más que pueden ser impedimentos para llegar a nuestra meta.
Hebreos 11:32-34 Dios ha concedido miles de promesas para que vivamos bien en ésta tierra, pero debemos esforzarnos para tomarlas a través de la conquista. Los héroes de la fe, hombres y mujeres, por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron lo prometido e hicieron muchas cosas más porque para el que cree todo le es posible. La fe es la clave para vivir una vida cristiana de éxito y victoria, para caminar de triunfo en triunfo.
Conquistar cada promesa por medio de la fe nos mantiene espiritualmente activos para no caer en un estupor que adormece y te paraliza, haciéndote apático a las cosas de Dios, perdiendo el interés de conocerlo más. El día que el cristiano deje de conquistar promesas, ese día empieza a vivir una vida religiosa y aburrida, con el peligro de caer de la gracia. Gálatas 5:1-5
Todas las promesas divinas están escondidas en Su Palabra y necesitamos la revelación del Espíritu Santo para saber lo que nos ha concedido y tomarlo. Necesito buscar a Dios para tener revelación y sabiduría. La revelación me ayuda a encontrar las riquezas de sus promesas, Efesios 1:15-21, 1Corintios 2:10-12
Si no te conviertes en un conquistador de promesas por medio de la fe, corres el riesgo de caer en un cristianismo pasivo, y sus síntomas son: No busca a Dios ni revelación; No conquista promesas; No vive como Dios manda; Es avaro (no da lo que a Dios le corresponde); Tiene duda e incredulidad; No es constante en hacer la voluntad de Dios; No persevera; Huye de los problemas; Fácilmente se desanima y se aleja de la congregación; No sirve ni hace nada en el Reino de Dios; Es injusto y dice mentiras; La corrupción empieza a crecer en su vida; Satisface los malos deseos; entre otras cosas.
Para todo necesitamos fe, sin fe es imposible agradar a Dios. Tu fe se alimenta de la Palabra de Dios, al leerla, escucharla, estudiarla y meditarla. Cuando obedecemos lo que está escrito nuestra fe se fortalece y desata el poder de Dios a nuestro favor. No te desanimes y sigue adelante con valor y determinación, sabiendo que Dios no es mentiroso y cumple lo que promete. Lo hizo con Abraham y Sara, y lo ha hecho y lo sigue haciendo con millones de sus hijos que hemos creído en Él. - - - Créele a Dios y conquista lo que te ha concedido. ¡Ánimo!