jueves, 5 de enero de 2012

Clase 25 -GC 2011

DESEOS EGOISTAS

Santiago 4:1-3

A lo largo de la existencia humana han acontecido una serie de peleas y luego guerras que han marcado la historia. La primera comenzó con la envidia de Caín que lo llevó a exterminar a su hermano Abel, y así podemos enumerar muchas más y no terminamos, porque ahora mismo se está escribiendo una historia más sobre enemistades y guerras. Nuestro país está sufriendo los estragos del enfrentamiento entre el mismo crimen organizado y también contra el Gobierno Federal.

(v.1-2) La Biblia nos enseña que los conflictos entre las personas surgen de las “pasiones” que luchan dentro de nosotros mismos. Al decir pasiones, se refiere a los “deseos egoístas” que hay en el corazón humano y estos son los que desatan todas las maldades para hacer daño a su prójimo. El egoísmo no piensa en las necesidades de su prójimo, solo piensa en si mismo porque es el único que existe en el universo.

No debemos hacer nada por egoísmo o vanidad, porque ésta actitud solo piensa en sus proyectos o intereses pasando por encima de las emociones y pensamientos de los demás personas que conviven con nosotros, ya sea la familia, en la escuela o en el trabajo. No debemos perder de vista la humildad, porque nos hace ser sensibles a Dios, tener compasión y no nos hace sentir superiores a los demás. Filipenses 2:3

Los deseos egoístas nos pueden ensordecer y bloquear la vista a los deseos e intereses de nuestro Señor Jesucristo. No nos deja ver el Sueño de Dios, que es que toda criatura humana sobre la faz de la tierra se convierta en Su hijo. Ésta insensibilidad a los intereses de Dios nos vuelve apáticos e indiferentes a Su obra de evangelismo y servicio en Su congregación. Filipenses 2:19-21

(v.2) Otro factor importante que Santiago nos comenta en el capítulo cuatro es que no piden. He observado a personas que saben pedir, esto incluye a Dios y a su prójimo, porque no lo piden por favor, y es un modo que hace sentir como si todos fueran sus esclavos. Debemos aprender a pedir las cosas por favor y dar las gracias cuando recibes un favor, porque es una actitud de humildad.

(v.3) ¿Por qué algunos no le piden a Dios? Porque tienen deseos egoístas que generan maldades. Por supuesto que Dios no va actuar a favor de alguien que está pensando hacer lo malo para dañar a los demás. Es tiempo de reflexionar acerca de nuestros deseos y sus intensiones. Algo que he aprendido es que todos mis deseos debo incluir a Dios como eje y centro principal para mantenerme dentro de una actitud humilde y compasiva. Algunas familias se están desintegrando y destruyendo porque está reinando los deseos egoístas, reflejándose en sus palabras y acciones que solo buscan agredir, ofender, humillar y destruir.

¿Qué hay en tu corazón? Hoy es tiempo de renunciar a los deseos egoístas y a partir de hoy haz el firme compromiso de hacer el bien a todos con tus palabras, actitudes y acciones. Piensa en los demás y hazle bien.