jueves, 5 de enero de 2012

Clase 27 - GC 2011

GRACIA A LOS HUMILDES

Santiago 4:6

La vida matrimonial y familiar es más placentera y se disfruta al máximo cuando vivimos bajo la dirección de valores que fomenten la unidad, el respeto, la tolerancia, entre otros. Lamentablemente hay familias que están en un proceso de destrucción por guiarse por el orgullo y que finalmente terminan desintegrados, y algunos hijos terminan en la promiscuidad, atados en vicios y tantas cosas negativas. Esto refleja lo que hay en nuestra sociedad hoy en día.

El orgullo es una mentalidad dura e insensible, que no le importa el bienestar de los demás ni satisfacer sus necesidades. No miden las consecuencias de las palabras que expresan, porque las dicen sin responsabilidad, piensan que están bien en lo que hacen. No les gusta rendir cuentas a nadie ni recibir ayuda en consejería porque creen que no lo necesitan. Siempre van a justificar sus errores para no aceptar que se equivocaron, y muchas veces están dispuestos a discutir acaloradamente por su defender su mentira.

Dios es enemigo del orgullo y es una de las cosas que Él odia. Se opone rotundamente a los orgullosos y los humilla de manera pública. El orgulloso no ve sus propios errores, mucho menos los reconoce. Ve los errores de los demás y levanta una crítica devastadora haciendo expresiones arrogantes. El orgulloso y arrogante tiende al perfeccionismo. El orgullo cierra la puerta para recibir sanidad y restauración de parte de Dios. Mateo 13:13-15, Lucas 18:9-14

La humildad es la actitud en del Reino, porque demuestra una total dependencia de Dios, sumisión y sensibilidad a Su Palabra, esto hace que pueda gozar todos los privilegios de las Santas Escrituras porque Dios le da Su gracia, su favor, su ayuda para que las conquiste.

Nabucodonosor es un ejemplo claro de las consecuencias del orgullo porque Dios trató con él con dureza. Al final reconoció que Dios como el Rey del universo y lo alabó. Llegó a ser más poderoso cuando decidió dejar la soberbia y ser humilde. Nosotros nos volvemos más poderosos cuando somos humildes porque la gracia de Dios nos sostiene y nos levanta. Nuestro matrimonio y familia se vuelve más poderoso cuando practicamos la humildad. Daniel 4:1-37

El humilde cuando se equivoca y comete errores, practica cinco actos importantes:

1. Reconocen su error.

2. Acepta la responsabilidad de lo que hizo o habló.

3. No justifica su error (No le echa la culpa a nadie)

4. Pide perdón de corazón. (Mirando a los ojos, expresa que le duele haber lastimado)

5. Se compromete a no volverlo hacer. (Demuestra su arrepentimiento)

El humilde perdona de inmediato cuando lo lastiman, antes de que le pidan perdón o aunque no se lo pidan. También el humilde se perdona así mismo cuando se equivoca, para no cargar con la culpabilidad, aprende de sus errores para no volverlos a cometer, porque está comprometido con Dios para no volverle a fallar en lo mismo. Seamos humildes y seremos más poderosos.