Romanos 4:17, 1Pedro 5:5-11
Definitivamente la vida cristiana es una aventura que vivimos al lado de nuestro Señor cada día, porque siempre hay desafíos que vencer, promesas que conquistar, enemigos que derrotar, pruebas que superar y gozarnos en medio de la tribulación, entre otras cosas. Todo esto solo es posible si caminamos con Dios con una consciencia limpia y una vida cimentada en Su Palabra.
A largo de nuestro caminar, con respecto a la conquista de promesas, nos encontraremos una serie de obstáculos que dificultan obtener lo que Dios ya nos ha dado. Abraham se encontró con dificultades que humanamente eran difíciles de resolver, como la edad y la esterilidad de Sara. Pero en medio de todo esto decidió creerle a Dios y esperar el tiempo necesario para alcanzar| y conquistar la promesa de Dios, porque sabía y estaba convencido que para el Señor no haya nada imposible.
Nuestra actitud y acciones nos confirman mientras esperamos la promesa, no importando lo que esté pasando o lo que pueda suceder. Abraham fue confirmado por Dios por su fe y se convirtió en Padre de muchas Naciones. Dios quiere confirmar su promesa en nosotros, quiere cumplir al pie de la letra todo lo que nos ha dicho y nos ha prometido.
El Apóstol Pedro nos describe de una manera sencilla el ser confirmado por Dios después de haber sufrido un poco de tiempo en las pruebas de la fe, Él mismo hará cuatro cosas: (1) Nos Restaurará; (2) Nos hará Fuertes; (3) Nos hará Firmes; (4) Nos hará Estables. El quiere confirmarnos, quiere lo mejor de lo mejor para nuestras vidas, no dejemos de correr la carrera de la fe, porque al final hay un gran premio, un galardón que el mismo Señor Jesucristo nos entregará… que emoción en pensar en eso.
El primer paso es ser restaurados para continuar con los otros tres puntos. En nuestra congregación tenemos los Seminarios de Restauración donde somos confrontados ante la Presencia de Dios y Su Palabra para ser libres de las heridas del pasado y ataduras que no dejan avanzar al cristiano para conquistar las promesas. Te animamos que hagas el esfuerzo para ser ministrado a través de éste seminario.
(1Pedro 5:5-9) La actitud del conquistador es: Humildad; Libre de ansiedad; Dominio Propio; Alertas; Resistir al maligno; Mantenerse firmes en la fe. – Ésta actitud nos ayuda para ser confirmados por Dios y ser “Estables” en lo mental, emocional y espiritual.
Una persona inestable continuamente tienen duda, son indecisos e inconstantes en todo, por eso lo reflejan en la oración, en la lectura de la Biblia y en el servicio a Dios.
En el tiempo de espera, mientras vamos rumbo a la meta, a la promesa, debemos mantener de manera estable y constante la actitud de un conquistador. Respondamos con fe ante todo y seremos confirmados por Dios como lo hizo con Abraham.