Tito 2:7-8
En el mundo abundan las personas que solo tienen buenas intenciones pero que finalmente no lo concretan o lo lleva a cabo por la falta de carácter, compromiso y dedicación. Muchos quieren hacer lo bueno pero no lo hacen, porque no han querido. Algunos creyentes piensan que las obras no son importantes pero si lo son.
Las obras que Dios considera que no son importantes o no tienen valor, son todas aquellas que buscan o tienen por objetivo el perdón, la justificación y el favor de Dios. Los que piensan hacer éste tipo de obras, simplemente están haciendo a un lado el sacrificio de Cristo Jesús en la cruz, comunicando que el sacrificio del Señor no es suficiente. Aquí entran todas las mandas que en algunas religiones populares realizan. Efesios 2:8-10
Las obras que Dios está esperando de nosotros son las vienen como resultado de nuestra fe, porque la fe sin obras esta muerta. Nuestras acciones deben confirmar que nosotros somos discípulos de Jesús. Nuestra manera de pensar, nuestras palabras y acciones son el más vivo testimonio que hemos nacido de nuevo y practicamos Su Palabra.
Pablo le dice a Tito que debemos ser ejemplo en hacer buenas obras, haciendo siempre lo correcto. Debemos empeñarnos o dedicarnos hacer siempre lo correcto. Debemos enseñar con integridad y seriedad, con honestidad y respeto. Esdras fue un siervo de Dios que se dedico a estudiar las Escrituras y a practicarla para luego enseñarla a los demás. Esa también debe ser nuestra mentalidad y compromiso ante Dios: “Estudiar, Practicar y Enseñar”. Esdras 7:10
Practicar la Palabra de Dios nos da como resultado hacer lo correcto y buenas obras. Significa que caminamos en justicia amando la verdad. Recordemos que lo que amamos es lo que haremos. Si amas la verdad y la justicia, eso es lo que harás. Si decimos que amamos a Dios, entonces haremos lo que Él hace.
Hacer buenas obras es excelente y de provecho para todos, empezando desde el hogar con nuestro cónyuge, los hijos con sus padres y viceversa. Debemos aprender a dedicarnos (empeñarnos) a hacer el bien. Las Escritura nos enseña que nuestra vida es inútil si no hacemos el bien o buenas obras, es decir, tener una vida sin fruto. Tito 2:7 y 3:8, 14.
Fuimos diseñados para dar buenos frutos y eso fue lo que le pidió Dios a Adán y Eva en el principio. Por nuestros frutos seremos conocidos ante el Señor y todas las personas. ¿Qué fruto debemos hacer? – TODO lo verdadero, lo respetable, lo justo, lo puro, lo amable, lo digno de admiración, todo lo que sea excelente o merezca elogio, eso debemos hacer. Empecemos en nuestro hogar, luego en el trabajo y en la escuela, por donde quiera que andemos y estemos debemos dar buen fruto, buenas obras, porque esto glorifica a nuestro Dios. Filipenses 4:8-9
Glorifiquemos a Dios las 24 horas del día con nuestras buenas obras.