martes, 27 de marzo de 2012

Clase 7 - GC 2012

SACRIFICIOS DE JUSTICIA

Salmo 4:4-8

En los tiempos del Antiguo Testamento, Dios dio instrucciones de ofrecer holocaustos y sacrificios para mantener su relación con Él. Era una manera de reconocer que Él era Dios, honrarlo, de mantener vigente el pacto y sobre todo ser libre del pecado, cosa que tenían que hacerlo muy seguido. Gracias a Dios por Jesucristo que hizo un solo sacrificio y para siempre, ya no es necesario estar haciendo mandas, sacrificios o cosas por el estilo. Hebreos 9:23-28

Lo que debemos hacer ahora por medio de Cristo Jesús es “honrarlo” con nuestras palabras y acciones, porque Él es nuestro Sumo Sacerdote ante Dios, porque intercede por nosotros y ofrece nuestro sacrificio (Palabras y acciones) para honrar al Padre. Hebreos 3:1-6, 4:14-16 y 8:1-6

El salmo 4:3-4, habla de honrar a Dios, y debemos hacerlo con nuestra manera de vivir cada segundo de nuestra vida, en todas nuestras relaciones, empezando en casa. A diario hay circunstancias que pueden hacernos enojar, pero ese no es el verdadero problema, sino lo que hacemos y hablamos después que nos enojamos, porque podemos lastimar de manera muy profunda en la vida de los que agredimos. “No pequen” significa que no quebrantemos la Palabra de Dios, que no hablemos ni hagamos cosas injustas e impropias.

“En la quietud del descanso nocturno examina tu corazón”, es decir, no guardes resentimientos, rencores ni amarguras, no te duermas sin arreglar cuentas, perdonar o pedir perdón. Pablo nos recomienda que no termine el día sin antes arreglar las cosas, no dormirnos con el resentimiento porque le damos lugar al maligno a que nos meta en la cárcel de la amargura. Efesios 4:25-27

En todas las circunstancias que causan enojo, tenemos la oportunidad de honrar a Dios ofreciendo sacrificios de alabanza y de justicia, con nuestras palabras y acciones. Sacrificios de alabanza son labios que confiesan el nombre de Cristo Jesús. Los sacrificios de justicia es hacer lo correcto siempre, y no lo conveniente. Dar una mordida corrupta al policía nos puede convenir por el ahorro de tiempo y dinero, pero no es lo correcto. Hebreos 13:15

No olvidemos que Cristo Jesús esta a la diestra del Padre y es nuestro Sumo Sacerdote que ofrece a Dios nuestros sacrificios de alabanza y justicia, es decir, de palabras (confesión) y acciones correctas. ¿Qué estamos ofreciendo a Dios? ¿Las injusticias y las malas palabras las tomará Jesús para ofrecerlas al Padre como una expresión de honra?

¿A quién quieres honrar, a Dios o a ti mismo? Cuando hacemos lo conveniente y no lo correcto, nos estamos honrando a nosotros mismos y al maligno. Hoy Dios nos da la oportunidad de arrepentirnos y tomar la firme decisión de ofrecer sacrificios de alabanza y de justicia de manera permanente en cualquier circunstancia. Dios honra al que le honra. 1 Samuel 2:30, salmo 25:14

Que nuestro deseo y compromiso sea siempre honrar a Dios en todo. – Honrémosle ofreciendo sacrificios de alabanza y de justicia cada momento de nuestra vida.