martes, 27 de marzo de 2012

Clase 8 - GC 2012

TRANQUILO EN LA AFLICCIÓN

Salmo 94:11-13

La naturaleza nos muestra cómo los animales enseñan y preparan a sus criaturas a sobrevivir en un mundo lleno de depredadores y el cómo alimentarse, el cómo cazar, entre otras cosas. Las águilas, los leones, los lobos, por mencionar algunos, son criaturas que muestran su responsabilidad trasmitiendo de generación a generación la manera de sobrevivir.

Los seres humanos vamos a la escuela para aprender y tener herramientas para trabajar y obtener ingresos económicos. Los padres debemos enseñar a los hijos el cómo resolver los problemas de la vida diaria, el cómo convertir el fracaso en éxito, el cómo debe ser el matrimonio y la familia, entre otras cosas.

Nuestro Padre celestial también nos prepara a través de Su Palabra para que pasemos con tranquilidad los problemas y las aflicciones que en algún momento llegan como parte de la vida. Si no permanecemos en Su Palabra a través de la obediencia y nos alejamos de Su Presencia, nuestra manera de pensar y ver la vida se vuelve absurda, muy lejos de lo que debemos hacer de manera correcta. Salmo 94:11, Isaías 55:8-9 y 59:7.

Debemos mantenernos conectados a Su Presencia y Su Palabra para saber lo que debemos hacer de manera correcta, para ser corregidos por nuestro Padre celestial cuando lo necesitamos, porque al que ama, corrige. Cuando Dios nos disciplina nos da seguridad y fortaleza, si lo aceptamos con buena actitud y humildad. Salmo 94:12, Hebreos 12:4-11, Job 5:17

Es muy importante leer, reflexionar, memorizar, estudiar y obedecer las Escrituras, porque nos fortalece y nos prepara para el día de la aflicción, nos instruye para que sepamos lo que debemos hacer. Es muy fácil descarriarse cuando no dependemos de Su Palabra, y eso nos hace la vida imposible, llena de sufrimientos, tristeza, desánimo y depresiones, porque no sabes en quién confiar y no sabes qué hacer. Salmo 94:12-13, Salmo 119:67

De nada sirve que leas y oigas la Palabra si entra por un oído y te sale por el otro, porque no la pones en acción en tu vida a través de la obediencia. Si estás lejos de la Palabra por no leerla y practicarla, entonces es muy fácil que hagas lo mismo que las personas que no conocen a Dios ni lo aman. Nuestra manera de vivir debe reflejar que somos discípulos de Jesús, porque pasamos tiempo en Su Presencia y en Su Palabra, andamos como Él, haciendo buenas obras. Juan 15:1-8, Hechos 4:13, Efesios 2:8-10

Dios no nos promete que no tendremos aflicciones, pero si nos asegura que podemos pasar esos tiempos de adversidad con toda la tranquilidad que Su Presencia y Su Palabra nos puede dar, porque nos prepara antes de que vengan las dificultades, nos dice qué hacer y cómo hacerlo, de acuerdo a Su perfecta voluntad.

Debemos ser adictos a Su Presencia y a Su Palabra, para vivir tranquilos y alegres siempre.