miércoles, 18 de abril de 2012

Clase 10 - GC 2012

QUEMA TUS NAVES
Salmo 18:17-40

En el año 335 A.C., Alejandro Magno enfrentó una de sus grandes batallas. Al desembarcar en la costa de Fenicia comprendió que los soldados enemigos superaban tres veces en cantidad a su gran ejército. Sus hombres estaban atemorizados y derrotados, aún antes de la batalla.

La idea de un combate tan desigual, había acabado con la moral de aquellos guerreros invencibles. Entonces, Alejandro tomó una decisión estratégica desconocida hasta entonces. Primero, hizo desembarcar a todos sus hombres en la costa enemiga. Luego, ordenó quemar todas las naves de su flota. Mientras los barcos ardían hasta hundirse en el mar, Alejandro reunió a todo su ejército y les dijo:

"Observen cómo se queman los barcos. Ahora existe una única razón por la que estamos obligados a vencer. Sin el triunfo nunca regresaremos a nuestros hogares, ninguno podrá reunirse con su familia y no podremos abandonar esta tierra que hoy despreciamos. Debemos vencer esta batalla y regresaremos a casa de la única forma posible: usando los barcos de nuestros enemigos."

El ejército de Alejandro venció aquella batalla y regresaron como héroes a su tierra, usando los barcos de sus enemigos. Así como en la vida cotidiana, "el no quemar las naves" nos priva de conseguir éxitos o desafíos; de la misma manera sucede en la vida espiritual. Muchos pierden sus almas por aferrarse a cosas o estilos de vidas torcidas. La Biblia relata la historia de un joven rico que perdió su alma por amar su dinero más que a Jesús.

¿Qué es lo que te impide luchar y alcanzar la victoria en la vida diaria? ¿Qué es lo que te estorba y no has querido quitar de tu vida? ¿Qué es lo que te impide creer y confiar en Dios para conquistar la victoria? La vida cristiana es un proceso de luchas y conquistas, que en momentos se tornan muy difíciles y en ocasiones imposibles, pero debemos mantener nuestra confianza en el Señor, creyendo cada promesa que nos ha dado, porque Él es fiel y justo.

La Presencia de Dios y Su Palabra es como un fuego consumidor, que consume todo estorbo y nos purifica, pero es necesario buscar a Dios en oración, en la lectura y meditación de Su Palabra, para obedecer todo lo que Él nos ordene, y así nos purifica cada día, nos fortalece para luchar cada batalla, y nos rodea con fuego para protegernos del maligno. Zacarías 2:5, Malaquías 3:2

Deja que el fuego de Dios queme el miedo, la incredulidad, el desánimo, la inseguridad, cualquier pensamiento pusilánime y negativo. Ya no hay marcha atrás, Dios te ha llamado para que seas un campeón, por eso dice que eres más que vencedor en Cristo Jesús. Romanos 8:37

Ya no hay marcha atrás, dejemos que el fuego de Dios carbonice todas nuestras naves, en lo que nos apoyábamos humanamente, para que solo confiemos totalmente en el poder de Dios para conquistar nuestros sueños y lo imposible a través de nuestra fe en Jesús. Hebreos 10:32 - 39