sábado, 7 de julio de 2012

Clase 16 - GC 2012

DIOS ES MI FORTALEZA
Salmo 46.1-3


En las últimas semanas hemos visto en las noticias los temblores en Italia, que el Popocatepetl está inquieto con sus fumarolas y cenizas, y la población cercana a él está en estado de alerta para cualquier contingencia ambiental, porque lo menos esperado puede suceder. Es posible que haya personas con ansiedad y angustia por la posibilidad de perder sus bienes en un caso extremo e incluso su propia vida y la de los suyos.

El salmista cantaba de manera profética su confesión de fe, porque en medio de las intensas y desgastantes dificultades que enfrentaban, solo les quedaba la consolación de tener un Dios todopoderoso, lento para ira pero grande en misericordia. Confiaban totalmente en el amor de Dios y sabían perfectamente que daría la cara por ellos y los protegería, como lo hace un Padre con sus hijos.

Nosotros debemos declarar con todo corazón lo siguiente: Dios es mi refugio y mi fuerza, siempre está dispuesto a ayudarme en tiempos de dificultad. Por lo tanto, no temeré cuando vengan terremotos y las montañas se derrumben en el mar. ¡Que rujan los océanos y hagan espuma! ¡Que tiemblen las montañas mientras suben las aguas!

Cuando estamos bajo presión o en dificultades, son oportunidades para ejercitar nuestra fe y confiar totalmente en Su Palabra. Si en el día de la aflicción te desanimas, muy limitada o escasa está tu fuerza. La única fuente de verdadera fortaleza está en Dios, en Su Presencia (Oración) y en Su Palabra (Biblia). Proverbios 24:10, Efesios 6:10

Los discípulos de Jesús tenemos cinco fundamentos muy importantes que nos mantienen fuertes, como es la oración, la Palabra, Congregarnos, Servir e ir a compartir a la Palabra (Mateo 28:18-20). Cuando estos fundamentos son destruidos, entonces el cristiano no puede enfrentar con fortaleza la adversidad, y es muy fácil que caiga en el desánimo. Por tal motivo, debemos esforzarnos a practicar las cinco acciones de nuestro fundamento para estar fuertes en el día de la aflicción. Salmo 11:3

No importa el tipo de problema o adversidad, puede ser ambiental, social, familiar, económico, entre otros, nuestro Dios es el todopoderoso y no hay nada imposible para Él, pero también nos dice a nosotros sus hijos, que para el que cree, no hay nada imposible. Lucas 1:37, Jeremías 32:27, Salmo 115:3, Lucas 18:27, Marcos 10:27

Cuando sabemos y estamos bien convencidos, que Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestra actitud ante la vida cambia, porque sabemos quiénes somos en Cristo Jesús y conocemos en lo íntimo quién es nuestro Señor y Dios. Todo esto nos motiva a amar y confiar en Él con todo nuestro corazón, con la seguridad que cualquier circunstancia es para bien.

Declaremos: Dios es mi amparo y fortaleza, es mi ayuda en momentos de angustia! No temeré.